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Mi Golondrina: Llevamos la belleza de México al mundo

Los buenos socios pueden ser difíciles de encontrar. A menos que seas Cristina Lynch, cuyos 800 colaboradores la ayudaron a crear una línea exitosa de ropa y artículos para el hogar hechos en México.

 

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    Se necesita la ayuda de 800 artesanos

    Inspirada en la herencia mexicana de su madre, Cristina Lynch fundó Mi Golondrina en 2013 en Dallas, Texas, para resaltar el arte mexicano.

    Una verdadera colaboración, Mi Golondrina emplea a más de 800 artesanos de todo México para bordar a mano prendas usando técnicas tradicionales, que luego reciben su toque final a manos del equipo interno de la compañía en Dallas.

    Desde blusas con hermosos encajes hechos a mano en Aguascalientes hasta vestidos decorados con flores oaxaqueñas con bordados complejos, cada prenda tiene técnicas autóctonas de pueblos específicos, que cuentan la historia de las mujeres cuyas manos pasaron por ella.

    Con técnicas de cientos de años de antigüedad, algunas prendas toman hasta 6 meses en hacerse y pueden pasar por 3 comunidades diferentes, cada una con su propia especialidad.

    A Cristina le encanta que "estos bordados representan esa comunidad, igual que una bandera representa a una ciudad", y su meta es ayudar a estos artesanos a conservar estas técnicas tradicionales, que podrían desaparecer si no hay mercado para ellas.

     

    La madre es lo primero

    La primera y original colaboradora de Cristina fue su madre, una exitosa diseñadora de moda y entusiasta del arte mexicano.

    Las dos viajaron con frecuencia a México, se hospedaron en el rancho del abuelo de Cristina y exploraron el vibrante mundo de la moda y la artesanía mexicana.

    Hasta la fecha, su madre es una asesora y colaboradora activa en el negocio.

     

    Un verdadero socio comercial

    Chase ha sido otro socio clave, uno en el que Cristina se ha apoyado desde que soñó con empezar este negocio a los 23 años. Recuerda que "cuando empiezas un negocio, todo parece tan grande, tan atemorizante, tan desconocido. Tenía miedo de sacar el tema del dinero, pero sabía que necesitaba ayuda. El poder ir a una sucursal y sentir que podía preguntar cualquier cosa y no sentirme tonta, significó mucho para mí. Sentí que estaba en un lugar seguro. El apoyo que recibí fue realmente increíble".

    Nunca olvidaré el momento en que me di cuenta que el negocio era rentable. Y recuerdo que hablé con la gente de Chase y me felicitaron como si fueran parte de mi equipo. Eso es muy especial.

    Estas conversaciones forjaron una colaboración continua, en la que Cristina se apoya en Chase para que sus colaboradores en Dallas y México puedan seguir empleados y prosperando.

    Los artesanos mexicanos dependen de estos ingresos que los mantiene empleados con salarios justos, les permite enviar a sus niños a la escuela y les garantiza que sus tradiciones artesanales de trabajo intensivo sean lucrativas y, por lo tanto, que no se pierdan.

    Mi Golondrina depende de los giros bancarios de Chase para enviar dinero a aldeas mexicanas rápidamente para suministros de costura y salarios de artesanos, y de la protección contra el fraude de Chase para garantizar que las transacciones se envíen de forma segura.

    Tener a Chase como socio durante la pandemia ayudó a Mi Golondrina a hacer un giro vital: con las tiendas cerradas e inventario para mover, Cristina "tuvo que pasar todo a Internet. De lo contrario, no habríamos tenido suficiente efectivo para respaldar nuestro negocio. Chase fue absolutamente increíble y nos apoyó mucho. Nos llevaron de la mano todo el tiempo".

    Chase también les dio un préstamo vital del Programa de Protección de Pago de Nómina, que mantuvo a sus trabajadores empleados.

    "Me siento muy responsable por las mujeres con las que trabajamos. Lo que es vital es mantener viva una artesanía tradicional y asegurarnos de que somos un negocio sostenible que existirá por muchos años. Hacer crecer nuestro negocio por Internet y asociarnos con Chase es lo que hizo que el negocio siguiera adelante".

     

    El futuro

    En menos de diez años, Cristina ha hecho crecer este negocio de un proyecto de pasión a uno lucrativo, de la mano de su equipo en constante crecimiento: "Me entusiasmó mostrar la belleza de México. Y a medida que crecí, creo que lo que fue tan maravilloso fueron todas las conexiones que hice y todas las personas que me apoyaron".

    Para la artesanía, esos son los artesanos. Y para las necesidades del negocio, eso es Chase: "He estado con Chase for Business desde el principio y no sé dónde estaría Mi Golondrina sin ellos".

     

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