El entendimiento general del puntaje de crédito es que es un número basado en la responsabilidad con la que manejas tu crédito. Varios factores influyen en tu puntaje de crédito y es posible que te sorprenda qué comportamientos financieros e información realmente marcan la diferencia.
Primero, es importante conocer la diferencia entre tu puntaje de crédito y tu informe de crédito. Tu puntaje de crédito se basa en los elementos que se encuentran en tu informe de crédito, similar a cómo se basan las calificaciones en tareas para el hogar y tareas de clase.
Aquí tienes 4 cosas que podrías pensar que importan, pero no importan, y 5 cosas que realmente importan.
Lo que tradicionalmente no importa
- Historial de empleo: las agencias de crédito pueden monitorear tu empleo, pero esa información no afecta tu puntaje de crédito. Que tengas o no un empleo puede afectar tu capacidad de obtener crédito (como un préstamo o una tarjeta de crédito), pero no es parte de lo que determina el número.
- Saldo de la cuenta de ahorros: tu puntaje de crédito se basa únicamente en tu historial de crédito. El saldo de tu cuenta bancaria no forma parte de tu historial de crédito.
- Tu edad: tu fecha de nacimiento puede estar en tu informe de crédito, pero no forma parte del cálculo de tu puntaje de crédito.
- Dónde vives: tu ubicación no afecta tu puntaje de crédito. Tu historial de pagos sí.
Lo que tradicionalmente importa
- Pagar a tiempo: “paga todas tus facturas a tiempo, siempre”. Esta es la regla de oro del crédito. Lamentablemente, un pago atrasado puede afectar significativamente tu puntaje; incluso las personas de altos ingresos tienen dificultades con esto.
- Tu utilización de crédito: el saldo de tus cuentas en relación con tus límites de crédito marca una diferencia en tu informe de crédito. Cuanto más cerca estés de llegar al límite, peor será el efecto. Lo ideal es que mantengas esta proporción en un 30% o menos, así que, si tienes un límite de crédito de $1,000, un saldo mayor que $300 empezará a reducir tu puntaje.
- Cuánto hace que tienes crédito: se llama historial de crédito por un motivo. Cuanto más atrás en tu historial puedas demostrar que pagas tus deudas regularmente, mejor será tu puntaje. Aquí entra en juego el consejo de mantener una tarjeta abierta con un saldo cero, solo para mostrar cuánto tiempo la has tenido. Lo ideal es que tengas al menos una cuenta que tenga al menos 10 años.
- Nuevas cuentas y verificaciones de crédito: abrir una serie de cuentas nuevas (o intentar hacerlo) en un período corto es una señal de alerta para un prestamista. Puede indicar que estás planificando hacer una compra compulsiva o que esperas perder tu empleo. Si estás planeando solicitar una hipoteca u otro préstamo donde tu puntaje de crédito determine tu tasa de interés, intenta evitar solicitar nuevas tarjetas de crédito dentro de 3 a 6 meses.
- La cantidad y el tipo de cuentas: hay cosas como “deudas buenas” y “deudas malas”. Tener una hipoteca, un préstamo estudiantil o un préstamo para vehículo se ve mejor (siempre que no tengas pagos atrasados en tus registros) porque implica que eres lo suficientemente responsable como para mantener una vivienda, ir a la universidad y cuidar un vehículo. Además, las cosas que el crédito te ha comprado tienden a durar más que el préstamo, lo que lo convierte en una buena deuda. La deuda de tarjeta de crédito no favorece tanto, especialmente un montón de tarjetas de tiendas llevadas al límite.
Por último, asegúrate de revisar tu informe de crédito anualmente, como mínimo, y de arreglar cualquier error. (El ÚNICO lugar oficial para obtener tus informes gratuitos exigidos por el gobierno federal es en www.annualcreditreport.com). Después de todo, una cosa más que puede importar para tu crédito, aunque no debería, son los errores de otra persona.