Las destrezas financieras básicas, como crear un presupuesto e iniciar un plan de ahorro, pueden parecer fáciles. Sin embargo, al igual que comer bien y hacer ejercicio, a menudo es más fácil decirlo que hacerlo. Sabemos lo que tenemos que hacer, pero no siempre lo hacemos. Puede deberse a que estas cosas requieren fuerza de voluntad, y la ciencia ha demostrado que la fuerza de voluntad es finita, muy similar a la gasolina en un tanque. Cuando te despiertes por la mañana, tu tanque de fuerza de voluntad está lleno. Pero a lo largo del día, puede agotarse.
Es posible que ahorrar dinero no sea lo más importante, sobre todo cuando se toman muchas otras decisiones diarias. Decidir gastar más en vez de ahorrar puede ser más fácil si tu tanque de fuerza de voluntad está vacío. Por ejemplo, cuando llegas a casa después de un largo día de trabajo, escoger comer afuera por encima de cocinar en casa es demasiado fácil.
Puedes mejorar tu fuerza de voluntad abordando la actitud en torno a tus comportamientos financieros. Aquí hay algunos consejos que puedes usar para aumentar tu fuerza de voluntad y ayudarte a ahorrar más.
- Conoce tu valor: suma todo el tiempo que pasas en el trabajo, incluyendo el tiempo que te toma vestirte, ir al trabajo y responder emails antes de irte a dormir. Luego divide esas horas en tu salario. Ese es tu salario real por hora. Puedes usar esto para medir cuánto vale tu tiempo frente a lo que te tentará a gastar.
La próxima vez que pienses en abandonar tu presupuesto, calcula cuántas horas tendrás que trabajar para pagar el despilfarro.
- Enfócate en el ahora: es más fácil postergar si crees que tienes mucho tiempo para lograr algo. La emoción de los plazos inminentes es lo que pone a algunas personas en acción. Para otros, un cronograma cuidadosamente diseñado los ayuda a mantenerse motivados. Ya sea que dejes todo para último momento o seas un planificador, o estés entre los dos, puede ser útil desglosar tus grandes metas de ahorros en una meta diaria de ahorro.
Escribe tus metas y mantenlas visibles para recordarte para qué estás trabajando. Cada día, haz un plan para hacer algo que te ayude a avanzar hacia ellas. Concentrarte en ahorrar dinero cada día puede ayudarte a dar pasos constantes hacia tus metas de ahorro más grandes; simplemente asegúrate de transferirlo a tus ahorros.
- Ten un plan B: tener un plan de ahorro sólido y un buen fondo para emergencias puede ayudarte a sortear la incertidumbre financiera y proporcionarte un plan de respaldo. El bienestar financiero realmente consiste en tener opciones. Cuanto más ahorres, más se abrirán tus opciones, especialmente cuando te enfrentes a decisiones financieras difíciles. Por ejemplo, la opción de tomarte un descanso de tu carrera para cuidar a tus niños o padres mayores puede ser posible si tienes un plan de respaldo financiero sólido. O quizás quieras tener más o mejores opciones de vivienda ahora o en el futuro. Tener buenos ahorros abrirá tus opciones para que comprar o alquilar una vivienda sea menos estresante y más asequible.
Piensa en tu plan de respaldo cuando tengas la tentación de echar mano de tus ahorros. Si la compra afectaría sustancialmente tu capacidad de ahorrar, pregúntate si realmente vale la pena. Este simple proceso de pensamiento puede ayudarte a tomar decisiones que se alinean con tus metas financieras y de vida.
Conoce tus metas financieras a fondo, y piensa en ellas todos los días. Con los ahorros como prioridad, puedes encontrar nuevos trucos que funcionen para ti y tu estilo de vida.